Cuando vayas a contratar a un diseñador web, asegúrate de que te gusta cómo diseña, pero, además, de que es capaz de entender cómo debe estructurar el sitio web de tu negocio para que puedas posicionarlo después, sin tener que modificar costosamente su arquitectura (y evitarte así posibles penalizaciones del buscador).
La verdad es que si lo haces así, cuando inviertas un presupuesto en posicionamiento, no tendrás que perder tiempo en rediseñar la web, reestructurar las URLs, incluir un blog, adaptar el diseño a móviles, solucionar problemas de indexación o un sinfín de cuestiones que podrían haberse tenido en cuenta, desde la fase de desarrollo.
De esta manera, podrás centrar todo tu presupuesto en conseguir tráfico de calidad en tu sitio web desde el principio.
En otras palabras, tardarás menos tiempo en llegar a tus clientes.