marketing emocional
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La hemisferectomía consiste en una extracción quirúrgica de la mitad del cerebro. Gracias a neuroplasticidad del cerebro, el hemisferio no extirpado llega a desarrollar las funciones (por ejemplo, el habla) que pertenecían al hemisferio extraído. Esto nos demuestra que tenemos más capacidad mental de la necesaria o que disponemos de capacidades ingentes de potencial sin explotar.

¿Qué significa esto? Que siempre podemos hacer las cosas mejor de lo que las hacemos. Aplicado al marketing, podemos plantearnos que nuestras estrategias siempre pueden mejorar, incrementando nuestras ventas. Pero, ¿cómo conseguirlo?

Diferenciarse

En primer lugar, tenemos que pensar que lo normal es que, actualmente, la mayoría de las estrategias se parezcan entre sí. Nos pasamos los días desarrollando y buscando nuevas herramientas, pero lo cierto es que su resultado, no variará mucho de una persona a otra si éstas lo utilizan de la misma manera.

Realmente, los grandes genios se distinguen, no tanto por ser inteligentes, sino por saber enfocar las cosas de forma diferente a los demás.

Aunque es muy importante trabajar para que las ideas aparezcan, necesitamos de la imaginación y de lapasión para hacer cosas que realmente impacten. Todo esto es importante porque hoy en día, el marketing y la publicidad se han vuelto emocionales, por lo que el primer paso para que una información llegue más allá que el resto, es que nos emocione a nosotros mismos, a sus creadores. Además es una forma muy sencilla de impregnar a nuestro contenido de nuestra personalidad, incrementando nuestro branding personal, consiguiendo una identidad real en los medios.

Originalidad

El cliente/espectador/lector/etc. ya no busca algo funcional, busca algo con lo que emocionarse. No se trata de buscar conceptos interesantes, que también, sino de poder enseñarlos de una forma que se distingan del resto.

Para ello tenemos que disfrutar con lo que hacemos, dejar de fiarnos de como lo hacen los demás, olvidar las tendencias dominantes, dejar de pedir permiso, hacerlo por nuestra cuenta. Es importante ser nosotros mismos porque el resultado será nuestro.

Jugar

¿Por qué no convertimos nuestro contenido en “juguetes”? La gracia de los juguetes es que precisamente que se pueden convertir en lo que queramos. Cogemos una caja de cartón y podemos transformarla en un puente bajo el que pasa un coche o en una casa de muñecas.

¿Por qué no hacer lo mismo con las herramientas que tenemos a nuestra disposición? Si nos atrevemos a ignorar la tendencia actual y a jugar, probar, mezclar, con ellas, seguro que encontramos antes nuevas formas de comunicación impactantes y originales. Sí, es importante fijar objetivos, estrategias, ponerlas en práctica y medirlas pero usemos nuestros dos hemisferios cerebrales y pongamos en juego la imaginación y la pasión para divertirnos con todo ello.

¿Qué es lo que más nos gusta? ¿Sobre qué pensamos a los largo del día por puro placer? Implementando estas ideas en nuestro trabajo podemos encontrar la clave, ese centro de la emoción con el que queremos impregnar nuestro trabajo. Dejémonos llevar y nuestro resultado hará que nuestro cliente lo haga también. ¿Jugamos?


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